Las placas de ateroma son depósitos de grasa, colesterol y otras sustancias que se acumulan en las paredes de las arterias, lo que puede llevar a la formación de obstrucciones. Estas obstrucciones restringen el flujo sanguíneo y, con el tiempo, pueden desencadenar eventos cardiovasculares graves, como ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares.

Las placas de ateroma, también conocidas como placas de aterosclerosis, pueden tener consecuencias significativas para la salud cardiovascular y son un componente clave en el desarrollo de enfermedades cardíacas. Es importante comprender y gestionar la presencia de estas placas para mantener una buena salud cardiovascular.

En este artículo, exploraremos en profundidad qué son las placas de ateroma, por qué se forman y las opciones de tratamiento disponibles.

¿Qué son las Placas de Ateroma y cómo se forman?

Las placas de ateroma son depósitos de lípidos que se acumulan en las paredes internas de las arterias. Están compuestas principalmente de colesterol, calcio, células inflamatorias y otras sustancias. A medida que estas placas crecen, pueden obstruir o estrechar las arterias, limitando el flujo sanguíneo y comprometiendo la salud cardiovascular.

¿Cómo se forman las Placas de Ateroma?

Se forman como parte de un proceso llamado aterosclerosis, que es una enfermedad crónica de las arterias. Este proceso implica una acumulación progresiva de sustancias, principalmente grasas, en las paredes arteriales. A continuación, se muestra el proceso de formación de las Placas de Ateroma:

  1. El proceso comienza con una lesión o daño en la capa más interna de las arterias, llamada endotelio. Esta lesión puede deberse a la presión arterial alta, el tabaquismo, la diabetes u otras formas de estrés en las arterias.
  2. La lesión permite que el colesterol y otras grasas circulantes en la sangre ingresen a las paredes arteriales. El colesterol LDL («colesterol malo») es especialmente propenso a acumularse en estas áreas dañadas El colesterol se acumula y se oxida en las paredes arteriales, atrayendo células inflamatorias como los macrófagos.
  3. Estas células intentan eliminar el colesterol oxidado, pero a medida que se acumulan, forman una masa llamada placa. Con el tiempo, la placa se endurece y se calcifica, contribuyendo a la rigidez arterial. A medida que la placa crece, la arteria se estrecha, limitando el flujo sanguíneo. Esto puede afectar negativamente a los órganos y tejidos que dependen de ese suministro de sangre. 
  4. En algunos casos, la placa puede romperse o fisurarse. Esto puede desencadenar la formación de un coágulo sanguíneo en la superficie de la placa. Si el coágulo es lo suficientemente grande, puede bloquear completamente la arteria o desprenderse y viajar a otras partes del sistema circulatorio, causando complicaciones graves como un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular.

Es importante destacar que la aterosclerosis es un proceso gradual y silencioso que puede desarrollarse durante décadas antes de que se manifiesten síntomas evidentes.

Factores de riesgo que intensifican la formación de Placas de Ateroma

La formación de placas de ateroma está vinculada a la aterosclerosis, un proceso en el cual las arterias se vuelven rígidas y estrechas debido a la acumulación de grasa y otros materiales en sus paredes. 

La creación de las placas de ateroma está estrechamente vinculada a diversos factores de riesgo que, al combinarse, potencian su formación en las arterias. Estos elementos desencadenantes, que van desde aspectos genéticos hasta hábitos de estilo de vida, juegan un papel importante en la progresión de este proceso. 

Los factores de riesgo que contribuyen al aumento significativo de las placas de ateroma incluyen:

  • Niveles elevados de colesterol. El exceso de colesterol en la sangre puede depositarse en las paredes arteriales, iniciando el proceso de formación de placas.
  • Inflamación crónica. La inflamación en las arterias puede desencadenar la acumulación de células inflamatorias y otros componentes, contribuyendo al desarrollo de placas.
  • Presión arterial alta. La presión arterial elevada puede dañar las paredes arteriales, creando un entorno propicio para la formación de placas.
  • Hábito de fumar. Los productos químicos en el humo del tabaco pueden dañar las arterias y aumentar el riesgo de acumulación de placas.
  • Diabetes. Las personas con diabetes tienen un mayor riesgo de aterosclerosis y, por ende, de formación de placas de ateroma.

Consecuencias de las Placas de Ateroma

En las etapas iniciales, las placas de ateroma pueden no causar síntomas evidentes. Sin embargo, a medida que crecen, conlleva riesgos considerables. Estas pueden obstruir las arterias y dar lugar a condiciones más graves, como:

  • Angina de pecho. Dolor o molestias en el pecho causadas por la reducción del flujo sanguíneo al corazón.
  • Infarto de miocardio. Ocurre cuando una arteria coronaria está completamente bloqueada, impidiendo el flujo sanguíneo al músculo cardíaco.
  • Accidente cerebrovascular. Si una placa se rompe, puede desencadenar la formación de un coágulo que puede viajar al cerebro, causando un accidente cerebrovascular.
  • Enfermedad arterial periférica. Las placas pueden afectar el flujo sanguíneo en otras partes del cuerpo, como las piernas, causando dolor y debilidad.

Ante este tipo de consecuencias, la vigilancia y la adopción de medidas preventivas son fundamentales para preservar la salud cardiovascular y prevenir posibles complicaciones, incluida la afectación de otras regiones del cuerpo, como las piernas, mediante la enfermedad arterial periférica.

Tratamiento de las Placas de Ateroma

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El tratamiento de las placas de ateroma se centra en reducir los factores de riesgo y prevenir complicaciones. Las opciones de tratamiento pueden incluir:

Cambios en el estilo de vida

Mejorar tu estilo de vida puede ayudar a la prevención y el manejo de las placas de ateroma, además, no solo aborda los factores de riesgo, sino que también promueve una salud cardiovascular sostenible y mejora la calidad de vida.

  • Dieta saludable. Adoptar una dieta rica en frutas, verduras, granos enteros y pescado, y baja en grasas saturadas y colesterol.
  • Ejercicio regular. Mantener una rutina de actividad física para mejorar la salud cardiovascular y controlar el peso.

Medicamentos

La toma de medicamentos desempeña un papel vital en el control de esta enfermedad. Estos medicamentos son prescritos con precisión para abordar factores específicos y reducir el riesgo de complicaciones cardiovasculares:

  • Estatinas. Medicamentos para reducir los niveles de colesterol LDL («colesterol malo»).
  • Antihipertensivos. Medicamentos para controlar la presión arterial.
  • Antiagregantes plaquetarios. Medicamentos como la aspirina ayudan a prevenir la formación de coágulos sanguíneos.
  • Medicamentos para controlar la diabetes. Si es aplicable, para mantener los niveles de glucosa en sangre bajo control.

Procedimientos médicos

Cuando la aterosclerosis avanza, puede llegar a ser necesario someterse a procedimientos médicos para restaurar el flujo sanguíneo. Estos procedimientos buscan abrir arterias obstruidas, proporcionando soluciones efectivas para situaciones más críticas y mejorando la salud del corazón:

  • Angioplastia y colocación de stent. Un procedimiento en el cual se utiliza un catéter con un balón para abrir una arteria estrechada, y se coloca un stent para mantenerla abierta.
  • Cirugía de derivación coronaria (bypass). En casos graves, se puede realizar una cirugía para desviar el flujo sanguíneo alrededor de las áreas obstruidas.

Abordaje de factores de riesgo adicionales

El enfoque preventivo se intensifica al abordar factores de riesgo adicionales. Este enfoque no sólo mitiga el riesgo de formación de placas, sino que también promueve una salud cardiovascular óptima a largo plazo:

  • Dejar de fumar. Cesar el tabaquismo para reducir significativamente el riesgo cardiovascular.
  • Control del peso. Mantener un peso saludable para reducir la presión sobre el sistema cardiovascular.
  • Control de otros factores. Gestionar otros factores de riesgo, como el alcohol y mantener la diabetes bajo control.

Comprender qué son las placas de ateroma, por qué se forman y cómo se pueden tratar es esencial para la gestión de la salud cardiovascular. La prevención y el tratamiento temprano son clave para reducir el riesgo de complicaciones graves y mejorar la calidad de vida. 

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